viernes, 27 de septiembre de 2013

Grandes Mangas III: Death Note


Soy muy de manga típico, con protagonistas estereotipados que solo evolucionan cuando no queda más remedio, poseedores de habilidades sobrehumanas y cuyos problemas se resuelven casi siempre liándose a tortas con el malo de turno y ayudados por unos "superamigos inseparables" (un planteamiento que en la mayoría de las ocasiones va ganando complejidad, por suerte).
Sin embargo hace unos años descubrí un género que se alejaba por completo de todo lo que conocía hasta entonces, el manga atípico o de carácter "mental".

En estos mangas no existen poderes especiales (o pasan muy desapercibidos) ni combates directos, sino que los protagonistas son personas normales y corrientes que se ven involucradas en ciertos sucesos que deben afrontar con el único recurso real del ser humano: la mente.
Así, los momentos de tensión que vive el lector son debidos a situaciones mucho más cercanas y realistas que feroces combates entre superhombres.

Uno de los mangas atípicos de mayor éxito, y que ha acabado convirtiéndose en todo un fenómeno mundial del medio es Death Note.

Todo aquel cuyo nombre quede escrito en este cuaderno morirá

Light Yagami es un estudiante de bachillerato modélico, responsable y educado, la persona que cualquier madre querría como hijo. Sin embargo, Light esconde un profundo sentimiento de tedio y aversión ante el mundo que le rodea ya que no comparte las preocupaciones de otros chicos de su edad y nunca se le escapan las injusticias que al resto le parecen incluso normales.

Un día, al salir de clase, Light encuentra por casualidad un cuaderno de color negro en cuya portada se pueden leer las palabras Death Note (Cuaderno de Muerte) en el que se especifica claramente que "aquel cuyo nombre quede escrito en este cuaderno morirá", algo que el joven considera una broma macarra pero que se acaba llevando a casa.
Según la sección How to Use del cuaderno (algo así como un manual de instrucciones que se nos va revelando a cada capitulo) se puede matar a cualquier persona de forma inmediata con solo escribir su nombre y visualizar su rostro, ante lo que Light no puede hacer más que burlarse.

En ese momento la televisión da la noticia de un peligroso delincuente que tiene secuestrados a varios niños y a sus cuidadoras y por la mente del joven Yagami pasa la pregunta que todos nos haríamos: ¿Pasa algo por intentarlo?.
Escribe el nombre, visualiza el rostro y.....ocurre lo impensable.


Tras hacer más pruebas y lograr sobreponerse al duro shock de ser responsable de la muerte de otras personas, Light Yagami ve en el cuaderno la oportunidad que estaba esperando para crear un mundo mejor, un mundo sin delincuentes, un mundo sin guerras donde todos puedan vivir en paz.
Un mundo del que Light, como poseedor del Cuaderno de Muerte, será el nuevo dios.

En su afán de exterminar a toda persona mínimamente peligrosa para la sociedad acaba llamando la atención de los organismos mundiales, quienes recurren al mejor detective del mundo: L.
Así comienza un tira y afloja psicológico entre un inteligente asesino de criminales a escala mundial y el detective más tenaz y astuto que existe, ambos capaces de sacrificarlo todo por descubrir la identidad del otro (L para capturarlo, Light para matarlo).

Al morir, el humano que haya usado este cuaderno no podrá ir al Cielo ni al Infierno

Death Note es un manga donde las únicas batallas que veremos serán puramente mentales, donde las armas de cada personaje serán su inteligencia y su astucia, provocándonos una sensación de tensión e intriga constante.

Obviamente, el argumento provoca que nos hagamos preguntas sobre muchas cuestiones morales que podríamos aplicar a la vida real. ¿Light hace bien ajusticiando sin piedad a los criminales o debe ser detenido por la justicia?. ¿El hecho de que sea un joven inteligente y estudioso le hace superior a los demás?
Queramos o no, leer Death Note nos planteará cierta reflexión interior que solo los más valientes serán capaces de llevar hasta el final.

Sin entrar en spoilers, debo reconocer que durante la segunda mitad de la serie (consta de 12 tomos si hablamos del formato básico) se pierde un poco este aspecto tan personal y realista, ya que los personajes toman un papel más "demencial", lo que provoca que nazcan las distinciones entre buenos y malos (algo que al principio no hay en absoluto).
Sin embargo, todo esto se compensa con un final increíble y muy digno, como suele pasar en los mangas que son cortos "queriendo".


Death Note me enseñó que el manga no tiene porque basarse en peleas y habilidades especiales para contar una gran historia, y los no aficionados que le echen un vistazo probablemente aprenderán a tener en más estima a esta industria.
Sin duda, la historia del cuaderno de muerte se ha ganado un lugar especial en mi estantería.

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